Saturday, September 15, 2012

Iuspositivismo y desobediencia. [PARTE I]


Quince de marzo de 2005. Era la primera vez que me ponía una capucha. Tenía el pelo largo, en un moño excéntrico, y la barba típica de estudiante de izquierda en la Universidad de Puerto Rico: todo un estereotipo.  No recuerdo con exactitud cómo llegué allí, pero eso me marcó por el resto de la vida.  

Sacamos todas las marcas, sacamos las varillas que ya estaban colocadas para la construcción.  Apenas salía el sol.  Decidimos quedarnos allí.  La administración del Hotel en ciernes aseguraba a los medios noticiosos que el mismo estaría erguido, con su casino propio y sus 250 habitaciones, en menos de dos meses.   Se equivocaron.

Allí estaba Tito, junto con varios compañeros y compañeras.  Desde que lo conocí, supe que estaba loco.  De esas locuras que nos hacen falta.  "Si la policía viene a arrestarme, yo me encadeno debajo de la guagua...", decía apuntando a su camioneta, modelo pick-up. 

HR Properties, Inc. estaba decidido a construir en plena zona marítimo terrestre,  había removido la corteza terrestre, y había puesto en su lugar el relleno  sobre el cual habría de fijar los cimientos de ese desastre ambiental.  No tenían [y todavía no tienen] permisos válidos de la Administración de Reglamentos y Permisos (ARPE), ni contaban con una Declaración de Impacto Ambiental, como requería, cuanto menos, la legislación ambiental vigente en aquel entonces. 

Sin quererlo, destapamos una olla de grillos.  

(13/3/2005- indymediapr.org)

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