Saturday, December 11, 2010

Roberto y Gabriela.


La última vez que los vi de cerca
Temblé por mi impotencia.

Una compañera y colega,
Una amiga.
Rodaba por los adoquines
Bajo lo inclemente de sus botas,
Bajo los golpes de sus macanas,
Y los insultos comunes a la prepotencia.

Otro compañero,
Y amigo.
De izquierda (extrema)
se lanzó.
Su constitución física le permitió la osadía
Pero los otros eran muchos: sabía y sabíamos que arriesgaba su vida
El objetivo era sencillo: QUE NO LA DESCABRONARAN.
Y lo logró, al menos relativamente.

Así se forjan los lazos que nos unen
Y así, en lo crudo, aprendemos a diferenciar al amigo del enemigo.
Ellos (los de azul),
No son nuestros amigos,
Que se vayan de la Universidad.

Wednesday, December 8, 2010

Gramsci en la actualidad: la hegemonía y la resistencia.


Gramsci en la actualidad: la hegemonía y la resistencia.

(La autogestión cultural y mediática independiente en Puerto Rico)

El mercado del arte y las concepciones de lo que es el “high art” y lo que no lo es, responden a lo que una elite social define y asume como sus objetos de consumo. Este mismo esquema se reproduce en todos los ámbitos de la producción cultural. En el mercado de la cultura y los medios, surgen propuestas y cosmovisiones, que en muchas ocasiones responden a intereses corporativos y son apoyadas por el “gran capital”. Estas propuestas que, aplicando el análisis de Gramsci, podríamos llamar propuestas hegemónicas de representación cultural y mediática, se imponen a un público al que no se le da ni la opción, ni la posibilidad de discernir entre éstas y otras alternativas en el ámbito cultural.

Por otro lado, y desenvolviéndose en el árido terreno de la autogestión, surgen propuestas contra-hegemónicas de representación cultural y mediática. La principal características de estas propuestas es la autogestión. La autogestión es cualquier método o estrategia de producción o gestión cultural, a través de la cual los individuos o colectivos organizados puedan dirigir sus actividades hacia el logro de sus objetivos, autónomamente, y sin inherencias externas en el proceso de distribución de sus recursos.

Precisamente porque la expresión sin trabas es el arma por excelencia del cambio cultural, político y social, las propuestas contra-hegemónicas muchas veces se encuentran con escollos. Planteamos que en muchas ocasiones, la autogestión en sí, por su propia naturaleza, es una manera de resistencia a las formas convencionales de producción y gestión cultural. Por esta razón, el surgimiento de las computadoras y del Internet en la era de la informática ha catapultado la autogestión de las propuestas contra-hegmónicas y ha socavado el poder de las industrias tradicionales que sostenían y sostienen a las propuestas hegemónicas. También, al cambiar los medios de producción, han surgido movimientos como Creative Commons, que en el ámbito del derecho, ha facilitado la gestión de proyectos independientes y ha ayudado a flexibilizar el régimen anacrónico de propiedad intelectual, sobre el que se sostiene la maquinaria de la producción hegemónica.

Como parte de nuestro trabajo final para el Seminario sobre Derecho y Arte, decidimos atender el tema de: La autogestión cultural y mediática independiente en Puerto Rico. De esta manera nos propusimos a elaborar un proyecto audiovisual (video documental) con entrevistas a artistas independientes, gestores culturales, académicos y comunicadores (Blogueros, músicos, teatreros, emisoras y programas de radio independientes, etc.). A continuación, el marco teórico en que podemos situar el documental.

Gramsci, la hegemonía y la resistencia


Cuando se habla de la cultura y de los medios, y de su potencial para producir profundos cambios en la sociedad, se tiene que hablar de Antonio Gramsci. Desde el encierro en las cárceles del régimen fascista de Benito Mussolini, el pensador marxista y fundador del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci reflexionó sobre conceptos como la hegemonía y la relación entre la producción, la cultura como parte de un proyecto revolucionario.
Luciano Gruppi abunda sobre el significado del concepto de hegemonía en la obra de Gramsci:

"En todo el análisis que Gramsci lleva a cabo, encuentro la presencia de un hilo rojo que le guía y está presente en todos los Cuadernos. Esta constante es, me parece, el problema de la hegemonía, en el sentido de que todos los análisis de los procesos histórico-sociales, trátese de la formación de los intelectuales o la del Estado unitario italiano, trátese de la literatura italiana y de sus relaciones con el pueblo, se retrotraen y enlazan con la cuestión de la hegemonía: cómo se efectúa la hegemonía de una clase, cómo debe desenvolverse el proceso que conduce a la hegemonía del proletariado, cuál es el modo específico en que se plantean los problemas de la hegemonía del proletariado, y, en particular, el problema de la hegemonía del proletariado en Italia, en la situación italiana específica."


Gruppi, en una nota aclaratoria, explica que “la palabra hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa "guiar", "preceder", "conducir", y del cual deriva "estar al frente", "comandar", "gobernar". Por “eghemonia” el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejercito. Se trata pues de un término militar. Egemone era el conductor, el guía y también el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del Peloponeso, se habló de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza de las ciudades griegas en lucha entre sí.” En fin, para Gramsci, el término se refiere a una condición de liderato y de poder, si no absoluto, casi absoluto de un grupo social sobre otro, que va más allá de la estructura económica y la organización política de la sociedad para abarcar la ideología, la cultura y demás ámbitos de la vida social. Dos elementos esenciales de esta hegemonía son el consentimiento “espontáneo” que las grandes masas de la población a la dirección impuesta en la vida social por el grupo dominante y el aparato coercitivo que asegura la disciplina de quienes no son parte de dicho consentimiento.

Aquí nos concentramos en el aspecto cultural y el mediático de esta hegemonía, que se refleja en la manera en que se produce ese consentimiento “espontáneo”. Según Kate Crehan, en la obra de Gramsci, “La producción y la reproducción de la cultura son las prioridades que hacen de los intelectuales un estrato distintivo en la dinámica de la historia. Son ellos los que producen las grandes concepciones culturales del mundo que sostiene determinados regímenes de poder…” . De esta manera aparece la figura de “los intelectuales”. Se hace la salvedad de que todos los hombres son intelectuales; pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales . Éstos se presentan como promotores y gestores culturales ligados a sus particulares grupos de clase que dan dirección al proyecto común y dan forma a la “visión de mundo”. Gramsci se expresa de esta manera sobre este particular en La formación de los Intelectuales, ensayo encontrado en los Cuadernos de la Prisión:

“Todo grupo social, como nace en el terreno originario de una función esencial en el mundo de la producción económica, se crea al mismo tiempo y orgánicamente una o más capas de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función, no sólo en el campo económico, sino también en el social y político: el empresario capitalista crea consigo mismo el técnico industrial, el científico de la economía política, el organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc”

Existen diferentes tipos de intelectuales. Plantea el autor que son intelectuales orgánicos los que están ligados a los grupos sociales, quienes a su vez ligados a sus funciones en el mundo económico. Estos intelectuales surgen de la clase que los emplea y sirven a sus fines. El otro tipo de intelectual es aquel que pertenece, en palabras del autor, "a categorías sociales preexistentes que se aparecían de hecho como si representaran una continuidad histórica ininterrumpida". Plantea que la más típica de estas categorías de intelectuales es la de los "eclesiásticos quienes monopolizaron por largo tiempo... la ideología religiosa, o sea la filosofía y la ciencia..., con la escuela, la instrucción, la moral, la justicia... etc." a esta categorización de intelectual se le llaman los intelectuales tradicionales. Plantea Gramsci que los grupos sociales dominantes tienden a elaborar complejas especializaciones intelectuales. Dichas especializaciones se ven reflejadas en la jerarquización de los sistemas educativos estatales.

Los intelectuales son "funcionarios", ya sea de la "sociedad civil" o del "Estado". Quienes son funcionarios de la sociedad civil tienen el deber de forjar lo que se llama la "hegemonía social" o el consenso espontáneo de las grandes masas de la población respecto a la dirección que el grupo dominante desea dar a la vida social. Por medio de este grupo de intelectuales se ejerce una labor ideológica directa sobre la población. Aquí entran, los periodistas, los artistas y los literatos, entre otros, que cooperan con las propuestas hegemónicas de representación cultural y mediática. Por su parte, los funcionarios del Estado tienen la responsabilidad de mantener el "orden", la disciplina y de producir el "consenso espontáneo" en momentos de crisis en el mando. Tanto en el sentido de la hegemonía social como en el del manejo del Estado, el fin de la clase dominante que produce intelectuales ligados orgánicamente a ella, es mantener el poder por medio de la dominación ideológica y por medio de la fuerza física.

En la relación de fuerza, se presentan grupos sub-alternos, cuya subordinación traspasa y determina su forma de ver el mundo. Estos grupos subalternos, según plantea Gramsci, necesitan de sus propios intelectuales, para que representen su visión de mundo, para “transformar las <> incoherentes y fragmentarias de quienes viven una determinada posición de clase en un discurso coherente y razonado de tal modo como se percibe desde esa posición” . Gramsci proponía la creación de un proyecto contra-hegemónico porque consideraba que “solo un movimiento político basado en una cultura popular de masas podía tener alguna esperanza de desafiar seriamente el poder de un Estado capitalista moderno” . Para la creación de un proyecto de esta índole, hace falta necesariamente un nuevo tipo de intelectuales que, rompiendo la división entre trabajo intelectual y trabajo manual, sean a la misma vez maestros y alumnos en todo momento de su medio social. Así, presentaba lo que hoy llamamos propuestas contra-hegemónicas de representación cultural. Junto con la organización política, proponía Gramsci, que los intelectuales fundaran periódicos, escribieran canciones, construyeran escuelas, centros culturales y demás mecanismos necesarios para rechazar la cultura y la ideología de la clase dominante y difundir la cultura y las ideologías alternativas. Estas ideas, junto con estas acciones, me parece, tendrían que auto-gestionarse, y construirse desde su fase embrionaria pero habrían de calar hondo en las masas y llevarían necesariamente a un cambio en la relación de fuerzas, subvirtiendo la hegemonía.

En la actualidad

El surgimiento las computadoras y del Internet en la era de la informática ha catapultado la autogestión de las propuestas contra-hegemónicas y ha socavado el poder de las industrias tradicionales que sostenían y sostienen a las propuestas hegemónicas. Como plantea el documental RIP: A Remix Manifesto, “la guerra de las ideas se da en el internet”. Ahora, los “consumidores”, que somos todos nosotros, se han vuelto “distribuidores” y nos podemos convertir en los creadores del arte popular del futuro. Sin embargo, los grandes intereses económicos que han ejercido su hegemonía sobre los medios audiovisuales, sobre la música y la televisión, y así sobre la cultura, se resisten al cambio. Las seis corporaciones agrupadas en dos grupos de interés en los Estados Unidos , que controlan noventa porciento de los medios y reciben millones de dólares de regalías por derechos de autor al año, han logrado que se extienda el régimen de la propiedad privada al mundo de las ideas, los conceptos, de las notas musicales y de las imágenes, por medio de la propiedad intelectual. Esto se contrapone a la creencia de muchos de que las ideas, los conceptos y las imágenes deben pertenecer al dominio público. De esta manera veinticuatro mil norteamericanos han sido increpados criminalmente por no hacer uso justo de ideas, de conceptos, de imágenes, o hasta de notas musicales que se entienden protegidas por los derechos de propiedad intelectual .

Quienes sostienen las propuestas hegemónicas saben que su monopolio de la cultura depende de las leyes retrógradas que han sido sancionadas por la jurisprudencia. Han hecho su mejor intento, pero podemos considerar que en términos prácticos están perdiendo la batalla. No se ha detenido la llamada “piratería”, sino que ha ido en aumento, al igual que la transformación del material audiovisual a través del “sampling” es y seguirá siendo práctica común. También han surgido movimientos como Creative Commons, que a través de un sistema comprensivo de licencias, permite a los creadores compartir sus piezas escogiendo las condiciones bajo las cuales está dispuesto a ello y permite a los consumidores saber qué usos han sido autorizados por los autores, así superando el anacrónico y trillado concepto del uso justo. En los últimos años 350 millones de licencias de este tipo han sido expedidas por Creative Commons. Esto ha facilitado la gestión de propuestas contra-hegemónicas y ha ayudado a flexibilizar el régimen anacrónico de propiedad intelectual, sobre el que se sostiene la maquinaria de la producción hegemónica.

En el caso particular de Puerto Rico, la revolución informática y de la tecnología de las computadoras ha sido tierra fértil para el surgimiento de numerosas propuestas de representación cultural y mediática, netamente autogestionadas y contra-hegemónicas. Por ser el espacio más cercano a nosotros, consideramos que el medio del documental audio visual es la mejor manera de representarlo. Es por esta razón que decidimos dedicarle gran parte del peso de nuestro trabajo a una pieza documental en video sobre la Autogestión Cultural y Mediática en Puerto Rico. Para este documental nos dimos la tarea de investigar sobre proyectos locales verdaderamente autogestionados. El documental contará con segmentos de entrevistas y pietaje sobre eventos culturales, espacios de autogestión, entre otros. El estilo de "montage" estará un poco presente también en nuestra pieza ya que pensamos que la línea narrativa y de enfoque muchas veces trabaja mejor con el testimonio de los entrevistados y las entrevistadas sin la necesidad de tener un narrador o narradora tradicional. A continuación le presentamos los nombres de personas que hemos entrevistado y los proyectos en que se desenvuelven.

Primero, para la parte teórica tenemos a: Luis "Peri" Coss (Profesor Escuela de Comunicación Pública UPR), Érika Fontánez (Profesora Escuela de Derecho UPR), y Mareia Quintero (Directora Maestria de Gestión Cultural UPR). Segundo, para la parte de proyectos actuales tenemos a: Ezequiel Rodríguez (Programa Frecuencias Alternas, Radio Universidad), Deborah Hunt (Artista, Teatrera, a cargo del Teatro Yerba Bruja), José Ibáñez (Orquesta el Macabeo, Monopolio Records, Discos de Hoy), Cesar Colón (Zona Franca), y Raúl Rosado (Desde Mi Huerto y Organización Boricuá de Agricultura Ecológica Orgánica). No pretendemos incluír todos los proyectos contra-hegemónicos y autogestionados existentes en Puerto Rico, sin embargo, nos es menester mencionar espacios como Radio Huelga, Indymedia, el Colectivo de Prensa Estudiantil, entre otros, que son de suma importancia en este campo.

Entendemos que con entablar conversaciones con cada una de las personas señaladas el espectador y la espectadora tendrán la oportunidad de adentrarse verdaderamente en el panorama de la autogestión en Puerto Rico. Veremos en los proyectos específicos y la teoría como estudios de caso, cómo este fenómeno de las propuestas culturales y mediáticas contra-hegemónicas va tomando auge en nuestra Isla. Veremos qué se está haciendo y exploraremos las posibilidades de qué se puede hacer.

[1] Seminario facilitado por la Prof. Chloé Georas en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

[2] Luciano Gruppi. El concepto de hegemonía en Gramsci. (1978). Versión electrónica: <>.

[3] Id.

[4] Karen Crehan. Gramsci, cultura y antropología. (Ed. 2004). p. 176

[5] Antonio Gramsci, La formación de los intelectuales en Los cuadrenos de la prisión: Cuaderno 12. XXIX. (1932). Versión electrónica: <>.

[6] Karen Crehan, supra. p. 151.

[7] Id. p.177.

[8] Motion Picture Association of America y Recording Industry Asocciation of America.

[9] Que duran la vida del autor más 70 años en el caso de las personas naturales y más aún en casos de Corporaciones.



**el documental será presentado el viernes por aquí: ESPÉRALO.

Tuesday, November 23, 2010

[[Video(http://blip.tv/scripts/flash/blipplayer.swf?autoStart=false&file=http://blip.tv/file/4320376, {width:320, height:240})]]
http://blip.tv/file/4320376

Wednesday, October 20, 2010

Serie: Apuntes sobre el Marxismo.



Hace unos años, bajo la tutela de profesores como Antonio Carmona Báez y de José Luis Méndez, en los cursos Introducción al pensamiento marxista y Fundamentos sociológicos del marxismo, respectivamente, tuve la oportunidad de examinar algunos de los más transcendentales escritos dentro del estudio del pensamiento de Karl Marx y algunas de sus variadas ramificaciones en el ámbito teórico.
Entonces concluí que:
"Al cada uno de los autores tocados ser productos de su contexto histórico, geográfico y político, se manifiesta plenamente la riqueza que ha adquirido el marxismo al echar raíces en el mundo. Lenin se refiere a los trabajadores de la Rusia Zarista, durante la Primera Guerra Mundial, para convertir la Guerra Imperialista en una Guerra Civil de Clases por la transformación de la sociedad en una Comunista; Gramsci trata los temas de la "hegemonía" desde el encierro de las cárceles del régimen fascista de Benito Mussolinni, para lograr la transformación de la sociedad desde su esencia cultural y social, o sea desde su cotidianidad; Fanón nos habla de las Guerras de Liberación Nacional del Tercer Mundo después de haber tratado psiquiátricamente a ambas partes (torturadores y torturados) y de haber participado de primera mano en la Guerra de Liberación Nacional de Argelia...

No hay un socialismo único. Pensarlo es abandonar el campo del materialismo histórico y del análisis empírico de la realidad para descubrir las claves de su transformación; para entrar en el campo del hegelianismo idealista. Esto implica que, para ser marxistas, el estudio de la teoría y del "pensamiento marxista" presenta un punto de partida (como lo es la revisión de literatura para cualquier trabajo de investigación). Sin embargo, hay que ir más allá, hacia el análisis empírico de la realidad material y a la aplicación de los hallazgos en la praxis o la acción revolucionaria de transformar la sociedad."


Estos últimos meses han sido meses de práxis en Puerto Rico, esto no hacen más que invitar a volver a las bases del estudio teórico del pensamiento de Marx y de examinar (a grandes razgos y sin pretender abarcarlo todo) algunos de los escritos que examiné en aquel entonces. En las próximas semanas me propongo volver a las bases y revisar los trabajos que produje en aquel momento como estudiante del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico con el fin de publicarlos en mi blog . Trabajaré escritos de Marx, Lenin, Gramsci y Mandel, Fanón, entre otros. Estoy seguro de que servirán su propósito de informar y educar a quienes tal vez no hayan tenido la oportunidad de adentrarse en este campo de pensamiento.

Monday, October 11, 2010

el foco óptico.



Recuerdos me atraviesan
Con claridad de foco óptico
Y me riegan…
me pierden, me confunden
me recuerdan lo que quise
y lo confundo con lo que quiero
y sólo con el tiempo me doy cuenta
que me tengo que calmar.

Que no hay nada malo con soñar
Que estoy perdido en un sueño
Que el deseo del deseo
Me puede descojonar.

La mente.
Súbitamente se enreda
En paraísos perdidos
En carruseles de diapositivas
Que me hacen volver a entrar
En los trenes, aviones, encuentros
De este viaje eterno e interno
Del que no me he sabido bajar.

Tuesday, August 24, 2010

Beta Uno.


Quieren siempre plantar bandera

Donde nunca han estado

Olvidando cual futuro,

Olvidando cual pasado.



Siempre vienen desde lejos

Por la codicia hipnotizados

A robar la tierra, el fruto

Y todo lo que se ha sembrado.



Quieren vender el aire

Que nunca han respirado

Y embotellar el agua

Que la sed nos ha quitado.



Que dejen ya el sonsonete,

su propuesta ha fracasado

Me cago en Milton Friedman

Y la Escuela de Chicago:

Reviviendo los fantasmas

Del Laizzes-faire enajenado

De la cruda realidad

Que el sistema ha generado.



Pobreza, desigualdad,

Un saqueo bien orquestrado,

De los recursos de nuestro pueblos

En las manos de los privados.

La Doctrina del Shock,

En el mundo se ha aplicado

Y tocarán a tu puerta mañana

si tu oposición has expresado.



Olvidalo todo, como es menester,

Nombres de calles, números, todo....

pero el recuerdo en la memoria

De todos los que han luchado

guárdalo en lo más profundo

de los recuerdos atesorados.



**El objetivo "beta uno" sería llevado a cabo por "comandos mixtos militares-organizaciones civiles fascistas" como la organización "Patria y Libertad". El plan era eliminar a la oposición política. Habían dos listas en las cuales figuraban los 'extremistas', 'políticos de izquierda', 'periodistas marxistas', 'agentes del comunismo internacional' y los miembros destacados de las organizaciones vecinales, comunales, sindicales o nacionales. Además se pidió ayuda al Pentágono para que se le proporcionaran al Ejército chileno las listas de la Agencia Central de Inteligencia de los chilenos vinculados con los países socialistas. Las personas no conocidas públicamente figuraban en las listas como 'motores del marxismo' y los que eran conocidos públicamente eranconsiderados como los 'dirigentes del marxismo'. Estas listas "eran muy detalladas: nombre, domicilio, edad, profesión, estado civil y amigospersonales más cercanos (entre dos y cinco nombres generalmente)"(Rojas,P.231). La primera lista era de 20,000 nombres mientras que la segunda nopasaba de 3,000.



"Nosotros somos los cirujanos del país. Cuando un enfermo tiene cánceren una pierna, se le extirpa y se salva el paciente. Nosotros estamos extirpando el marxismo... Estamos haciendo una operación quiruúrgica... Nuestra labor eshumanitaria"(Rojas, p.247).



Bajo esta premisa se dió el apresamiento masivo, la instalación de lugares de torturas y de campos de concentración para los detenidos. Los arrestos se producían en loslugares de trabajo, en los barrios, en las universidades y las escuelas. En la mayoría de los casos, los arrestos eran negados a los familiares y se producíanasí las "desapariciones". Conste que esta palabra es utilizada entre comillas ya que se da por sentado que la gente no "desaparece" sino que alguien conoce su paradero y lo oculta.

Monday, August 23, 2010

movimiento.


Con el miedo natural
que resulta de lo incierto,
quiero andar ligero
hacia el extrañamiento,
ligero de equipaje
con libertad de movimiento.

Y tu vas,
fluyendo en formas que aún no entiendo
...quitando reyes y poniendo
corazones incendiarios
en tu propio espacio y tiempo.

Igual, en movimiento,
pero son infinitas tus formas,
las cuales trato de clasificar
pero sólo estoy sintiendo
pues en lo finito de mi conocimiento
no hallo el pleno entendimiento.

Por esto me abandono al viento
...sabiendo que fluirás.

Wednesday, June 30, 2010

Huelga: democracia, participación y resistencia.




Durante los meses de abril, mayo y junio en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se llevó a cabo una huelga estudiantil que se extendió a través de los once recintos de dicha universidad. Los reclamos estudiantiles giraban en torno a la exigencia transparencia fiscal a la Administración Universitaria, la protección de las exenciones de matrícula a los estudiantes, la garantía de que no se aumentarían los costos de estudios, y de que no se privatizaría ningún recinto o dependencia de éstos mediante el mecanismo de las Alianzas Público Privadas. Sostengo que este proceso huelgario estudiantil que contó con la participación de profesores, de trabajadores de la Universidad, y de personas solidarias alrededor de toda la isla, fue un taller mediante el cual cientos de personas tuvieron la oportunidad de evaluar en mayor o menor medida, y en ocasiones a través de la acción política, muchos de los temas relacionados con el curso titulado: “Problemas del Derecho contemporáneo: Derecho, Democracia y Participación Ciudadana”. Aquí abordaré algunos de estos temas teóricamente y los aplicaré a este conflicto que nos es tan presente e inmediato. Las alternativas planteadas en este trabajo son, en mayor o menor medida, las claves para una nueva universidad y las llaves para un nuevo país.



Democracia deliberativa: todo hay que bajarlo a las bases.


“El ejercicio democrático requiere de la inclusión y comprensión de la disidencia, del debate abierto y respetuoso. Espero que tengamos flores para el velorio del viejo ordenamiento constitucional y que nos preparemos para crear un país nuevo.”
- Iván Chaar-López



El debate contemporáneo sobre la democracia, rechaza los modelos representativos que han predominado en los sistemas políticos alrededor del mundo y aboga por modelos más inclusivos de deliberación y participación ciudadana en la toma de decisiones sobre los asuntos colectivos. Los modelos democráticos deliberativos incluyen la toma de decisiones con la participación de todos los que han de ser afectados por la decisión o por sus representantes; la toma de decisiones por medio de argumentos por y para los participantes que están comprometidos con los valores de la racionalidad e imparcialidad; y son reconocidos por no tomar las preferencias de los ciudadanos como dadas, reforzar la autonomía individual y ser abiertamente anti-elitistas. En la introducción a su libro, “Democratizing Democracy: Beyond the Liberal Democratic Canon”, Boaventura de Sousa Santos y Leonardo Avritzer plantean que las Democracias Representativas en las que vive gran parte del mundo llevan a la sociedad a etapas de “baja intensidad democrática”. Dicen textualmente que:
“La expansión global de la democracia liberal ha coincidido con una seria crisis en los países en que había estado más consolidada, la crisis vino a ser llamada la de la doble patología: la patología de la participación, al notarse el aumento en los niveles de abstención electoral; y la patología de la representación- por el hecho de que los ciudadanos se sienten menos y menos representados por aquellos que han elegido…”

Así, mientras los ciudadanos comunes se abstienen de participar en los procesos políticos y las fuerzas económicas del mercado afianzan sus manos sobre éstos, nos arriesgamos a “entrar en un periodo en el cual muchas sociedades son políticamente democráticas y socialmente fascistas” . La democracia se limita al momento de la emisión del voto y luego se gobierna por decreto, con las serias implicaciones que puede tener esto sobre los derechos y las libertades de la sociedad en general. Los recientes atentados de la rama legislativa en Puerto Rico en contra de la libertad de prensa, el cierre de las sesiones legislativas al acceso ciudadano y las medidas pasadas a puertas cerradas que afectan a la zona del karso, a la Universidad de Puerto Rico y a todas las instituciones públicas del país mediante el proyecto presupuestario, son un claro ejemplo de esto.




En el microcosmos universitario, se ha practicado la democracia eleccionaria y representativa a través de los Consejos Generales de Estudiantes, que son las estructuras representativas provistas por el Reglamento Universitario. También, los y las estudiantes toman decisiones en cuerpos deliberativos reconocidos, las Asambleas Generales de Estudiantes. Ante las limitaciones de las estructuras representativas oficiales, los estudiantes crearon Comités de Acción por facultad que coexistían y coexisten con los Consejos de Estudiantes. En estos Comités de Acción, se practica la democracia dialógica o deliberativa. Roberto Gargarella nos explica la importancia de la deliberación colectiva sobre los asuntos que afectan al colectivo:
“…los procedimientos de discusión resultan, en principio, adecuadamente respetuosos del principio según el cual todos merecemos un igual respeto- el principio que nos dice que nadie tiene el derecho de arrogarse el poder de tomar decisiones sobre todos los demás miembros de la sociedad…. Dicho procedimiento nos ayuda a conocer alternativas que de otro modo podríamos tener dificultades en conocer; nos ayuda, así, a corregir nuestras propias posturas; nos permite entender por que los demás están de acuerdo o no con nosotros; contribuye a que conozcamos puntos de vista que podríamos haber ignorado simplemente en razón de prejuicios; favorece la consolidación de una práctica conforme a la cual las decisiones se toman por consenso, y no como resultado de la imposición arbitraria de algún grupo. Finalmente, los procedimientos de discusión nos fuerzan a dar razones acerca de por que defendemos una posición u otra. Si no lo hacemos –si decimos simplemente “defiendo esta posición porque si” o “porque me conviene a mi,” seguramente tendremos dificultades en ver nuestra propuesta aprobada”.

Tanto representantes de los Consejos de Estudiantes, como de los Comités de Acción formaron parte del Comité Negociador de Río Piedras, que en un principio llevó los reclamos del estudiantado ante la Administración Universitaria. La legitimidad oficial de los Consejos de Estudiantes fue complementada por la capacidad de movilización y la organización de los grupos estudiantiles de la base, en las facultades en que estaban constituidos los Comités de Acción. Aunque posteriormente los miembros del Comité Negociador fueran electos directamente de entre las bases de los estudiantes movilizados, fueron electos miembros de los Comités de Acción, que a su vez eran concejales.

Este “Frente Unido” entre las estructuras representativas y deliberativas fue uno de los grandes logros del actual movimiento estudiantil, alcanzado mediante la deliberación y el debate en Asamblea General de Estudiantes. De esta manera comenzó la profundización en las estructuras democráticas del estudiantado, para superar la baja intensidad democrática y transcender el inmovilismo colectivo que promueve la democracia representativa de los Consejos de Estudiantes y que se pretende promover con las Reformas a la Ley Universitaria que imponen el voto electrónico y secreto sobre los asuntos estudiantiles. Las acciones, posturas y decisiones tomadas por el movimiento estudiantil surgían de las bases de los Comités, se llevaban por coordinadores a todas los otros Comités de base para ser discutidas a profundidad y luego se presentaban ante un pleno, donde todos los estudiantes movilizados, discutían y deliberaban sobre todas las propuestas.

Las estructuras horizontales y deliberativas de los Comités de Acción han movido a los estudiantes de ser meros espectadores de las acciones administrativas, y gubernamentales, a ser verdaderos ciudadanos y ciudadanas políticamente activas, fiscalizadoras y resistentes al desmantelamiento del sistema de educación pública superior. La organización del movimiento estudiantil nos ha demostrado asamblea tras asamblea, pleno tras pleno, y reunión tras reunión, que la deliberación (aun con todos sus defectos) es el mejor procedimiento para llevar una dinámica colectiva valiosa, de discusión, comprensión y respeto a las diferencias. Antes y durante este proceso huelgario, la deliberación, la discusión ponderada y a veces apasionada de ideas fue la única manera en la que pudimos llegar a los puntos medios que nos mantuvieron unidos como movimiento. Esto me lleva a pensar que solamente abriendo canales colectivos de diálogo y de discusión deliberativa es que podemos superar el estancamiento político, social y hasta económico en que nos encontramos como país.


La Participación Ciudadana: la autonomía universitaria y el cogobierno



“lo único que están buscando los sectores desestabilizadores de la Universidad, amparado en estos muchachos y en el personal docente, es el co-gobierno universitario…estas son estructuras muy peligrosas para toda la Universidad”.
- Ygrí Rivera de Martínez, Presidenta de la Junta de Sindicos de la UPR.


Como examinamos durante el curso, la participación ciudadana en los procedimientos administrativos encuentra escollos, desde la falta de provisión estructural para la participación de la comunidad en la toma de decisiones, hasta la falta de transparencia en la provisión de la información necesaria para ejercer la participación efectivamente. Las vistas públicas “pro forma” que se llevan a cabo en la legislatura, la negativa de los legisladores en permitir que las audiencias se lleven a cabo públicamente y la costumbre de pasar proyectos de ley por descargue (sin discusión) a altas horas de la noche, entre otras cosas, son evidencia del déficit democrático en el que nos desenvolvemos como comunidad política. Como plantea el compañero bloguero Iván Chaar-López: “Toda toma de decisiones a puertas cerradas entre funcionarios electos, oficiales no electos y ciudadanos leales al partido de gobierno violenta cualquier principio de transparencia y participación democrática.” Esto es particularmente lo que ocurre también en la Universidad de Puerto Rico.

El problema de la falta de democracia y de participación en la toma de decisiones de la Universidad es uno estructural. Por autonomía universitaria, queremos decir independencia de la universidad del poder político. Por co-gobierno, entendemos el modelo mediante el cual los grupos que componen la comunidad universitaria (estudiantes, graduados, docentes y no docentes) eligen a los administradores de los órganos rectores de la universidad (Rectores, Decanos, Presidente, etc.). La Ley de la Universidad de Puerto Rico (Ley Núm. 1 del 20 de enero de 1966), se compromete, aunque nominalmente con el principio de la autonomía universitaria. ¿Por qué es nominal éste compromiso?

La Ley establece un organigrama administrativo contrario a los principios de la Autonomía, que deja el gobierno universitario en manos de las ramas ejecutiva y legislativa del gobierno. Veamos:
“La Universidad de Puerto Rico es gobernada y administrada por la junta de síndicos. Esta se compone de diecisiete miembros. Dos profesores, un estudiante, y catorce ciudadanos nombrados por el Gobernador de Puerto Rico, con el consentimiento del Senado.”

De esta manera, la administración universitaria recae sobre el gobierno de turno, eliminando el elemento básico de la autonomía, que es la separación de la esfera política de la universitaria. La situación se agrava con los recientes Proyectos de Ley que han sido pasados a una velocidad intrépida por la Cámara y Senado y firmados por el Gobernador que versan sobre la manera de tomar decisiones en Asambleas de Estudiantes, y la creación de una supermayoría en la Junta de Síndicos, para minimizar aun más la importancia de la representación estudiantil y docente en dicho cuerpo. Esto tiene serias implicaciones sobre la administración de la universidad, y la academia en general. La intromisión de la política partidista en la administración universitaria se presta para el favoritismo y el patronazgo político en los nombramientos a puestos administrativos y académicos, que descuida el principio de mérito que debe aplicarse a dichos nombramientos. También se presta, como ha ocurrido, para que no se tomen en cuenta los sectores mayoritarios de la comunidad universitaria en la toma de decisiones, así siendo tomadas las decisiones sin su consentimiento y aprobación.

Roberto Gargarella nos describe la importancia de la inclusión de todos los sectores en la toma de decisiones:
“…el mejor método para garantizar que ningún punto de vista sea ignorado o supra o sub- valorado consiste en asegurar la intervención- y en definitiva, la presencia de todos los potencialmente afectados por la decisión en juego en el proceso de toma de decisiones”.

Los docentes, no docentes y estudiantes, estamos mejor capacitados que cualquier extraño a la comunidad Universitaria, para tomar decisiones sobre los asuntos que nos atañen. La Presidenta de la Junta de Síndicos, Ygrí Rivera, planteaba que “lo único que están buscando… es el co gobierno universitario”. Y es que luego de un análisis ponderado de la historia de la Universidad de Puerto Rico y su falta de autonomía y democracia en la toma de decisiones , solo podemos concluir que hasta que la Universidad de Puerto Rico no sea verdaderamente autónoma y se profundice sobre la participación democrática en sus estructuras administrativas, va a encontrarse en un estado de crisis permanente, ya que los sectores mayoritarios en la Comunidad Universitaria no serán partícipes reales en la toma de decisiones. Esta participación efectiva solo es posible mediante el co-gobierno. Si en la Universidad de Puerto Rico no hay una democracia, lo que hay es una dictadura.




El Derecho a la resistencia y la desobediencia civil


“La consigna acuñada por juristas, propalada por periodistas y aceptada por políticos de que la ley es la ley y la necesidad es la necesidad se corresponde tanto con la mentalidad como con la convicción de aquel juez nazi de la marina que sostenía que lo que había sido justo una vez tenía que seguir siéndolo forzosamente”
- H. Habermas



Preguntó un compañero estudiante de la Escuela de Derecho: “¿Qué clase de estudiante de derecho entiende que está bien violentar la ley y el reglamento de estudiantes?”. Y es que el debate se plantea desde los tiempos de Sófocles, cuando Antígona optó por la justicia, al decretarse la ley “injusta” de Creonte. Jurgen Habermas en su ensayo titulado “La desobediencia civil: Piedra de toque del estado democrático de derecho” plantea que “la obediencia a la ley tiene que darse de un reconocimiento reflexivo y, por lo tanto voluntario, de aquella aspiración normativa a la justicia que late en todo ordenamiento jurídico” . La Ley se legitima en la medida en que avanza hacia esa aspiración “normativa a la justicia” que se presenta históricamente como un camino largo y azaroso:
“Visto desde una perspectiva histórica, el Estado de derecho aparece en su conjunto no como una construcción acabada, sino como una empresa accidentada, irritante, encaminada a establecer o conservar, a renovar o ampliar un ordenamiento jurídico legítimo en circunstancias cambiantes.”
La visión del Estado de derecho como una empresa cambiante y en evolución constante es lo que justifica el llevar a cabo acciones concertadas en las que se violentan o quebrantan normas abiertamente, a manera de protesta, para poner en tela de juicio públicamente la legitimidad de las normas en específico, u otras acciones del Estado. Expone Habermas que una desconfianza no institucionalizada frente a las injusticias que se manifiestan en formas legales es necesaria y saludable para la evolución y el sostenimiento del Estado de derecho a través del tiempo:
“El Estado de derecho que quiere mantenerse idéntico a sí mismo se encuentra ante una tarea paradójica. Tiene que proteger y mantener viva la desconfianza frente a la injusticia que pueda manifestarse en formas legales… Con esta idea de una desconfianza en sí mismo no institucionalizada, el Estado de derecho trasciende incluso el conjunto de sus propios ordenamientos positivos. Esta paradoja encuentra solución en una cultura política que reconoce u otorga a las ciudadanas y ciudadanos la sensibilidad, la capacidad de raciocinio y la disposición a aceptar riesgos necesarios que son imprescindibles en situación de transición y de excepción para reconocer las violaciones legales de la legitimidad y, llegado el caso, para actuar ilegalmente por convicción moral”

Una cultura política madura reconoce, según este autor, que la desobediencia civil es necesaria, para hacer avanzar el Estado de derecho. Roberto Gargarella, en su artículo sobre “El derecho a la resistencia en situaciones de carencia extrema” se concentra en el derecho a la resistencia como “objeto central de estudio para todos aquellos interesados en los aspectos teóricos implicados en torno a la Constitución, al menos desde la Edad Media” y a través de la Modernidad . El Profesor argentino, justifica la resistencia en situaciones de “alienación legal”, es decir, cuando “el derecho comienza a servir propósitos contrarios a aquellos que finalmente justificaban su existencia” . Hace la salvedad, de que en comparación con las épocas que inspiraron a los teóricos constitucionales de antaño, hoy parecen predominar las situaciones de “integración legal”, contraria a la llamada “alienación legal”.

Las elecciones periódicas, el sistema de frenos y contrapesos, la posibilidad de la reforma constitucional, la dispersión del poder, y la fragmentación social son algunos de los factores que hacen lucir como si se hubiera “perdido” ese derecho legítimo de resistir y en última instancia derrocar a los gobiernos que no cuentan con el consentimiento de los gobernados, o que no protegiesen los derechos inalienables de sus ciudadanos. Por esta razón expone que “tendemos a pensar en la objeción por conciencia y la desobediencia civil como los medios más extremos a nuestro alcance para desafiar el derecho- medios que, notablemente, presumen la validez general del derecho vigente”. Gargarella delimita los contornos de la desobediencia civil en las palabras de Hugo Bedau: “si y solo si una persona realiza una acción ilegal, pública, no violenta, y con la intención consciente de frustrar (una de) las leyes, políticas o decisiones del gobierno”. No se cuestiona el Derecho como un todo, sino ciertos aspectos del mismo.

Aun así, existen grupos específicos dentro la sociedad que viven en situaciones de “enajenación legal” y carencia de aún los elementos más básicos necesario para suplir las necesidades de la existencia humana (techo, comida, abrigo, educación). Estos grupos tienen “problemas políticos, ya sea para transmitir sus demandas a sus representantes, ya sea para responsabilizarlos de sus faltas… los defectos propios del sistema judicial, que parece incapaz para albergar o dar satisfacción a las demandas de los grupos más desventajados, asegurando la protección de sus derechos fundamentales” sus males, son ocasionados por el orden legal, y permitidos por el Estado de derecho. Alega el profesor de la Universidad de Buenos Aires, que estos grupos marginados no tienen un deber general de obedecer al derecho, en la medida en que éste forma parte de la causa de sus vejámenes, y que ciertas formas de resistencia deberían serles vistas como permisibles.

Distingue entre la resistencia pasiva o la no cooperación, que implica el negarse a cumplir con las órdenes del Estado, como por ejemplo, el negarse a pagar impuestos o a participar de las guerras y proyectos militares (objeción por conciencia); y la resistencia activa, que se dispone a desafiar ciertas prohibiciones legales para poner fin a situaciones de sufrimiento extremo; por ejemplo el rescate de terrenos baldíos de comunidades como Villas del Sol, o la ocupación de propiedades en desuso para subsanar el problema de la vivienda y la especulación en el ámbito urbano. También, plantea el autor, que estos grupos “tienen el derecho de explorar avenidas no-tradicionales para canalizar sus protestas (por ejemplo, a través de cortes de ruta, como suele ocurrir en América Latina), de modo tal de forzar al Estado a atender sus intereses fundamentales- intereses, otra vez, que el Estado ignora y viola de modo sistemático”. Todas estas formas deben serle admisibles a los grupos oprimidos para poner en entredicho las órdenes, leyes o políticas que causan o fortalecen su situación de opresión.


La ocupación de algunas Facultades, y la toma de los once recintos de la Universidad de Puerto Rico por los estudiantes fueron la manera de ejercer el voto de huelga estudiantil. Los piquetes kilométricos e interminables, los cortes de ruta, la construcción de barricadas, los sit-ins en las carreteras y en las oficinas, el teatro callejero, las marchas, los micro-mítines, los documentales y foros, los espectáculos musicales, la creación de tres huertos orgánicos, la graduación simbólica, y la toma de la Oficina de Administración Central fueron algunas de las acciones concertadas que se llevaron a cabo antes y durante de la huelga estudiantil en contravención de algunas disposiciones del Reglamento de Estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, de las Leyes de Tránsito (si se quiere) y otras normas o leyes que limitan de alguna manera el derecho a la manifestación civil. Esta multiplicidad de manifestaciones que pueden ser catalogadas como actos de desobediencia civil, y de resistencia tanto pasiva como activa, son los recursos que le han quedado a la mano al estudiantado frente a la falta de participación y de democracia en la administración de la Universidad y la negativa de la Administración a atender sus reclamos.

El organigrama administrativo provisto por la Ley de la Universidad de Puerto Rico de 1966, según ha sido enmendada para agravar aún más la situación, pone a los sectores mayoritarios de la comunidad universitaria en un claro estado de alienación legal frente a las decisiones que les atañen a todos. La “Cuota de estabilización de servicios educativos” que se pretende imponer a los estudiantes; los ya anunciados recortes salariales; y la anulación de derechos adquiridos a los sectores docentes y no docentes son solo unas muestras de las decisiones dictatoriales que se toman en la Junta de Síndicos de la Universidad de Puerto Rico. Es evidente cómo estas decisiones afectan el derecho de todos y todas a una educación accesible y de calidad. En el “macro” del contexto político puertorriqueño, la situación es igual de grave. El estado de alienación legal y política en que vive un gran sector de la población se hace evidente en el hecho de que las tres ramas del gobierno han sido copadas por el mismo partido político, así inhabilitando el sistema de pesos y contrapesos que es esencial a la efectiva fiscalización de las acciones gubernamentales. También, el gobierno de turno esgrime un discurso de mayorías cuyo fin es minimizar, invisibilizar y callar la voz del “otro”, de la oposición y la disidencia política, por medio de la violencia institucional y física si es necesario.

Si mediante las estructuras que provee el Derecho positivo se hace imposible la fiscalización efectiva de las acciones institucionales, es indispensable la presencia de un movimiento estudiantil y de un país entero dispuesto a quebrantar todos los supuestos legales cuyo fin sea el preservar dichas estructuras ineficientes. Es indispensable el tener un pueblo, que reconozca que no es solamente un derecho, sino que es un deber ciudadano el moverse en el área gris entre la legalidad y la legitimidad y resistir por todos los medios necesarios hasta tanto sus reclamos de justicia y bienestar social sean escuchados.

No faltan quienes, en su afán punitivo, lanzan epítetos a los manifestantes; les llaman “terroristas” y citan alguna disposición de la “Ley Patriota” sobre la obstrucción de las vías públicas; hacen llamados abiertos a la intervención de los mecanismos represivos del Estado, y la aplicación de “todo el peso de la ley a los estudiantes que cometen actos ilegales y criminales en los Recintos”. Plantea Habermas sobre este asunto que:
“La desobediencia civil deriva su dignidad de esa elevada aspiración de legitimidad del Estado democrático de derecho. Cuando los fiscales y los jueces no respetan esa dignidad, persiguen al que quebranta la norma como si fuera un criminal y le penan de la forma habitual, incurren en un legalismo autoritario. Presos de un concepto de Estado derivado de relaciones jurídicas convencionales y premodernas, ignoran y empequeñecen los fundamentos morales y la cultura política de una comunidad democrática desarrollada.”

Y no es que se exija impunidad total para cometer cualesquiera actos ilegales que le vengan en gana a los grupos en que desobedecen a la autoridad, ya que esto equivaldría a normalizar acciones que, de perder su carácter de excepcionalidad, habrían de perder su valor subversivo en el orden político. Se trata de reconocer que el desobediente civil, el ciudadano que resiste el Derecho positivo por razones de conciencia no es un criminal común, sino un individuo que aun ante un alto costo personal, asume la responsabilidad de disentir y hacerse sentir públicamente mediante la acción.


Claves para una nueva universidad: la llave para un nuevo país.




La democracia deliberativa se debe incorporar estructuralmente mediante cambios constitucionales e institucionales progresivos que vayan sacando al país de la etapa de “baja intensidad democrática” en que evidentemente se vive por la falta de controles exógenos a las estructuras gubernamentales. Lucas Arrimada enumera algunos de los “motores de la deliberación” que pueden sacar al sistema de su “inercia institucional”: “...debemos comenzar…a enumerar los mecanismos por el congreso (Muir y a Bessette), en convenciones constituyentes (Elster), en grupos de deliberación (Fishkin), jurados de ciudadano, grupos intermedios, organizaciones y la sociedad civil… También en plebiscitos nacionales (Ackerman y Fishkin), los medios masivos de comunicación (Page) y las discusiones diarias en la agenda política (Mansbridge)” . Explica que se debe reforzar la participación y la deliberación en las instituciones sociales, como la empresa o los servicios públicos, ya que esto debe generar una arraigada cultura política democrática deliberativa. Este debe ser el caso de la Universidad. La organización del movimiento estudiantil nos ha demostrado asamblea tras asamblea, pleno tras pleno, y reunión tras reunión, que la deliberación es el mejor procedimiento para llevar una dinámica colectiva valiosa, de discusión, comprensión y respeto a las diferencias. Antes y durante este proceso huelgario, la deliberación, la discusión ponderada y a veces apasionada de ideas fue la única manera en la que pudimos llegar a los puntos medios que nos mantuvieron unidos como movimiento. No me es posible dudar de la capacidad de la democracia deliberativa, al ser aplicada a los arreglos constitucionales, (a las organizaciones sindicales, estudiantiles, cívicas, a las corporaciones públicas y a cualquier otra empresa que conlleve la toma de decisiones colectivas) de hacer superar el estancamiento colectivo al que nos ha llevado la patología de la democracia parcial de la colonia.

La participación ciudadana hay que exigirla en todas las esferas gubernamentales al igual que en la universidad. Es indispensable el saber local, del ciudadano de a pie, al aprobar, discutir y formular la política pública que le va a afectar; al igual que es indispensable la participación, y por qué no, el co-gobierno entre los sectores que componen la comunidad universitaria. No se trata de ejercer la empatía de la representación, sino de darle una voz real y un voto vinculante (no meramente pro forma) en una vista pública, en un panel vecinal, en un proyecto de presupuesto participativo, en una Asamblea General de Estudiantes. Solo así, “enfocando en el micro en vez del macro, en los márgenes en vez de en el centro, en lo local en vez de la elite y en los desposeídos en vez de en los poderosos” es que se valorizan, se reconocen y se toman en consideración los matices sociales, materiales, políticos y culturales que componen la sociedad al momento de formular la voluntad política o tomar alguna decisión que ha de afectar a todo el colectivo. Solo así es que se reconoce la existencia e importancia del “otro” en la comunidad política.

De nuevo reafirmo la postura de que si mediante las estructuras que provee el Derecho positivo se hace imposible la fiscalización efectiva de las acciones institucionales de la Universidad como reflejo del panorama idéntico en las ramas legislativas, ejecutivas y judiciales del gobierno es indispensable la presencia de un movimiento estudiantil, de una comunidad universitaria, y de un país entero, que al reconocer su situación de alienación legal y política, esté dispuesto a quebrantar los supuestos legales cuyo fin sea el preservar dichas estructuras ineficientes. Es indispensable el tener un pueblo entero dispuesto a moverse en el área gris entre la legalidad y la legitimidad, a detener la producción, y a resistir mediante los medios que sean necesarios hasta tanto sus reclamos de justicia y bienestar social sean escuchados, o el Estado tiránico haya sido derrocado.

[1] Este curso es facilitado por la Profa. Érika Fontánez Torres, Catedrática Asociada de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.

[2] Chaar-López, Iván. La “democracia” post-mortem. Multitud enred(ada). <http://www.multitudenredada.com/2010/07/la-democracia-post-mortem.html> (2010).

[3] Arrimada, Lucas. Constitucionalismo, Concepciones de Democracia y Diseño Institucional: sobre Frenos, Puentes y Motores en la democracia deliberativa, en M. Alegre, et al, Homenaje a Carlos Nino. p. 9 (La Ley, 2008).

[4] De Sousa Santos (ed) Democratizing Democracy. p. xxxvi. (2005)

[5] Id. p. lxvi.

[6] Gargarella, Roberto. “Constitucionalismo vs. Democracia” p. 15.

[7] Franco, Perla. “lenta la negociación en el día 33 de la huega”. Periódico Claridad. <>

[8] Chaar-López, I. Op. Cit.

[9] 18 L.P.R.A. § 602

[10] Gargarella, Roberto. “Constitucionalismo vs. Democracia” p. 14.

[11] Navarro Rivera, Pablo. Universidad de Puerto Rico: De control político a crisis permanente 1903-1952.

[12] Habermas, Jurgen. “La desobediencia civil: piedra de toque del estado democrático de derecho” en Ensayos Políticos. p. 81 (Ediciones Península, 2002).

[13] Id. p. 85.

[14] Id. pp. 83-84.

[15] Gargarella, Roberto, El Derecho de Resistencia en situaciones de carencia extrema, Astrolabio. Revista internacional de filosofía. p. 4. Año 2007. Núm. 4. ISS 1699-7549.

[16] Id. p.7.

[17] Id. pp. 12-15.

[18] Id. p. 19.

[19] Id. p. 20-22

[20] Habermas, J. p. 90.

[21] Arrimada, L. p. 24.

[22] Id. p. 25-26.

[23] Rivera Ramos, Efrén, Democracia y Derechos: ¿Conflicto o complementariedad? p. 14 (SELA, 2001).

[24] Kothari, Uma. Power, Knowledge and Social Control in Participatory Development, p.140. en B. Cooke and U. Kothari. Participation: The New Tyranny? (eds)(2004).