IV. #nosvemosenlacalle, allí, dicen lxs
compas de la OSI, se “espuelean los activistas”.
(foto: Organización Socialista Internacional)
Llámeme
anticuado el que quiera, pero me reafirmo, el activismo cibernético es necesario
pero no suficiente. La calle, en cambio,
opino, puede ser suficiente. Es una
cuestión demográfica, geográfica y de acceso que habrá que mirar más a fondo
considerando la particularidad de estas latitudes. Mientras
tanto, desde la calle misma te tiro el face, el tweet, el text y el instagram.
Solo en la calle, te obligas a salir de
tu comfort zone, y te enfrentas con esos electores y electoras (y no electores- con gente), te
confrontas contigo mismo, y con tu propia cuadraera. Dinamismo en su máxima expresión. El field
day de un activista sediento de acción, cansado de cartas abiertas en blogs,
después del reflujo que dejaron las huelgas.
Es pedagogía.
Cuando crees que vas a llevar un mensaje
y te dan lecciones a ti, de carne y hueso, y no en combinaciones de “0 y 1”. Por
eso abogábamos por la asamblea y no por el voto electrónico. Por la discusión y la deliberación, por el
trafico e intercambio de ideas y posiciones, por lo incómodo, lo cuesta arriba,
lo bajo el sol.
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