Thursday, December 19, 2013

#NUESTRAPROPUESTAESNO

El beisbol tiene mucho de lucha de clases.  Es un asunto de adelantar posiciones.  Algunos, ilusos, pensábamos que habíamos adelantado mucho.  Que ya nadie se atrevería a tocar ni de lejitos, a nuestro sistema de educación. Vengo del Capitolio, y la verdad, me parece absurdo que tengamos que seguir dando razones.  Llamo al cervecero y me siento en el palco.

Evidentemente nos equivocamos en nuestra estrategia mediática y práctica cuando se han dado mil propuestas y cual sordo el gobierno y sus incondicionales se atreven a seguir haciendo la misma pregunta: ¿Cuál es su propuesta? 

Hace tiempo no venía al parque.  Todo se ve nuevo.  Igual que frente al Capitolio. Desde que nos fueron aquel día a palos, le han llamado a aquello la plaza de la democracia.  El cinismo es increíble, igual que el timing, el chanchulleo, y la desfachatez.

 Me debo ver gracioso con la laptop escribiendo aquí en el Hiram Bithorn.  Estamos en la alta del sexto y vamos alante por dos.  Batean los indios. Cae la lluvia sobre el campo de juego.  Los fanáticos se guarecen y ponen las lonas sobre el montículo.  Escampa, pero los palcos están mojados, y ya nadie quiere sentarse allí. 

Los cangrejeros no han salido del sótano en toda la temporada y la gente no llega al parque.  Pero al igual que a la protesta, al Bithorn ya sólo van los verdaderos fanáticos.  Yo vine porque Guillermo y yo estamos antojados de una gorra desde que fuimos a ver jugar a nuestro equipo en Juncos, en un estadio de doble A, la temporada pasada.

No sé que está más jodío.  Si que una franquicia histórica juegue posmodernamente el home en Juncos, si la bandera azul celeste ondeando al lado de la americana,  o el cruzacalle gigante con el nombre de una alcaldesa ausente que resalta en el right field.  La última vez que escribió en Twitter fue antes de que estallara el asunto del retiro.  Hablaba algo de que el Bithorn tiene luces nuevas.  Es verdad, se ve el juego clarito.

Asumo que si aparece, pedirá lo mismo que sus correligionarios y correligionarias.  A pesar de que se les han presentado mil propuestas, a pesar de que a nosotrxs (contrario a ellxs) no nos pagan por estar ideando propuestas para ese tipo de asuntos, nos diría ¿Pero cuál es su propuesta?  No actuar no es una opción, diría, con la certeza de los ex-huelguistas con ínfula de jefes de estado que anoche presentaban un proyecto de ley, mientras le decían al pueblo que no existía tal proyecto.

Ganaron los Indios.  Se fueron alante en el octavo.  Al final fui al baño.  Estaba igual de asqueroso que hace veinte años cuando iba con el viejo, al salir de la escuela a buscar el autógrafo de Carlos Delgado, antes que fuera Carlos Delgado. Algunas cosas nunca cambian.  Como el discurso público de la emergencia y la crisis.  Podemos darle capota y pintura.  Pero el problema es de fondo. 

Nos tildarán de intransigentes.  Pero es que es increíble como a un año de gobierno, se atrevan a meterle mano a lxs maestrxs.    Hablábamos, ex huelguistas de la universidad y hippies revoltosos. Los sospechosos usuales, en la plaza de la Democracia, sobre muchas cosas.  Sobre todo, nos convencíamos mutuamente de que no éramos intransigentes.  Pero que no nos tocaran la educación.

 “Hay cosas que no se pueden recortar hasta el final”,  nos decía Érika. Escuchábamos atentamente: "La educación es una de esas cosas". Al cinismo del gobernador, de la legislatura y del resto de los monigotes de este juego político hay que responderle con la misma medicina.

Que cuando pregunten cual es la propuesta, que les digamos, sin medias tintas y sin ambages:


Nuestra propuesta es ¡NO!

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