(Foto: Organización Socialista Internacional)
V. Las
Margaritas y lo hermoso de la diferencia.
Dice San Silvio que “…lo terrible se
aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida”. Yo voto por lo hermoso. Por esas lecciones
que cuestan la vida. Por los momentos en
que se borra la línea entre emisor y receptor. En que nos hablamos y nos
permitimos interrumpirnos los unos a los otros.
Fuimos a dar aliento y a reafirmar al que
ya estaba seguro. Fuimos a traficar e intercambiar razones con la gente que no
estaba tan segura. No fuimos a colonizar
con un mensaje unilateral. Fuimos a escuchar y a comunicar. Escuchar también es
praxis. Más que decir que íbamos a votar que No. Fuimos a decirles por qué
íbamos a votar que NO. A darles razones y a hacerles ver las razones que se les
perdían en el radar de su cotidianidad. A que nos dieran las suyas.
En la caravana bajaba del carro a
repartir propaganda y a llevar el mensaje, en lo personal, en otras ocasiones
me bajaba con el megáfono, y me dirigía a las familias que se asomaban al
balcón por el ruido de la tumbacoco. Alguna gente se veía convencida y movían
su mano de lado a lado, con el dedo índice extendido, en seña de “NO”. A éstos les decía: “LOS QUE VAYAN A VOTAR QUE
NO, QUE GRITEN WEEEEPA!”. No
conteníamos, ni ellos ni nosotros, la emoción de tener casi seguro, al menos
según lo que vimos en la calle, el que le iba a ganar el NO.
En las Margaritas, daba todas mis
razones. La caravana estaba lenta, y me lo podía permitir. Una joven interrumpió mi mensaje: “…por mi
que los metan presos a tos”. Le
contesté: “la criminalidad no se resuelve encerrando a la gente porque sí. La criminalidad se resuelve con salud,
educación, trabajo, con mejores
oportunidades para nuestra gente”.
Asintió toda su familia con la cabeza, menos ella.
“Que se pudran en la cárcel pa que tu
veas como la gente empieza a respetar”, ripostó. Me tuve que ir moviendo en ese
mismo momento. Yo sigo pensando en ella. No se si ella le siga dando casco al
mensaje que llevé. Cumplí con llevarlo. No hay peor gestión que la que no se
hace.
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