Estado de excepción.

Helicópteros rasgan el cielo,
ahora con más frecuencia que antes
invade la oscuridad de la noche,
la luz perseguidora que vigila.

Violencia, y más violencia
de desayuno, almuerzo y comida…
se bate el pueblo moribundo
entre monopolios ilegítimos de la violencia.

Violencia con la que imponen
la cámara que te supervisa…
Violencia con la que se impone
el Estado sobre tu vida.

Los perros siguen husmeando
los cadetes del ROTC,
en la piscina de la IUPI están entrenando
los guardias nacionales
(con las largas) siguen velando
y creo que siento un saborsito
de lo que Agamben me estaba contando.