Friday, March 25, 2016

poema sobre la nada.

Esto no es nada.
No pasa nada.
Abro las gavetas en casa y hay bolsas
con residuos de nada.

Me concentro en las cosas pequeñas
cosas que parecerían no decir nada
como que tengo  que sacar la basura
y ordenar mis espacios inmediatos.

Manejar mejor el tiempo
cambiar mi rutina
quedarme un poco más en la casa
y echar la ropa a lavar.

Porque este es un  tema
Sobre los triggers
y las cosas
que se disparan en mi mente

cuando huelo mademoiselle cocó
o tres sesenta de perry ellis

o cuando paso de la tercera medalla.

O cuando salgo a la calle
por la misma uno ocho siete de ayer
y me sumerjo en el agua
y nado sobre la superficie de los recuerdos
de las revolcadas y los vacíos- la nada.

Me canso y floto.
Y ya cuando pienso en el vacío
estoy claro de que este es mi vacío
lo asumo como mío
y juro y perjuro que ya no me da tristeza

ni nada.


Thursday, July 31, 2014

Vietnam.

"Esta gente me quiere hacer un casa-jacking". Decía la señora mientras explicaba las etapas tempranas de un proyecto de gentrificación en la barriada Vietnam.

#ilivewhereyouvacation


Entre escombros escriben su historia lxs vencidxs. Y lxs que quedamos, vamos arañando lo que se puede, de entre miles de papeles quemados, sueños mojados y teorías de conspiración. 

Todo perdido, menos la memoria. Y el recuerdo del fuego. Y los pedazos de los papeles, por supuesto. 

Curioso asunto, la memoria. Y sus profundidades y las maneras de anestesiarla. Porque Gallego decía que la piel no olvida y añado que hay que rascarse hasta rasgarse, pa que nos duela otra cosa.

Curioso como las inquietudes se convierten en dudas y algunas respuestas en convicciones y realidades que no palidecen ni aunque las hundas bajo el Lago Caonillas.

Las cosas que salen a relucir en momentos de sequía. La gente se siente incomoda cuando se da cuenta que el lago no siempre fue lago. Aunque nunca quisieron saber de dónde salían las burbujas.

En la extensión territorial del archipiélago caben 25.1071429 Gazas y Shujayea arde al amanecer. No hay agua para apagar el fuego. Acá todo recuerda al 94 y no llueve hace un lustro. Al menos no lo suficiente. La guerra es de baja intensidad y es entre nosotrxs mismos. Una manera más fina de exterminio. Guantes de seda. La semana que entra empieza el racionamiento. También empiezan las clases, mientras una masa de sionistas canta “Mañana no hay escuela, ya no quedan niños en Gaza”.

Yo vivo donde vacacionas. Porque hay maneras complejas de joderse sin que te caigan aviones o proyectiles sobre la cabeza mientras correteas o haces castillos a la orilla. Porque hay muchos Puerto Ricos. Porque la patria es valor y sacrificio ™ pero también es tropicaleo, olvido y joda, y para muchxs- todo a la vez.

La gente se va, y vienen. Antes dábamos manos, caña y puntadas para la economía de la metrópoli, y ahora damos pastillas y cerebros, porque eso es lo que hay. La fuga de cerebros y el privilegio que percibes son producto de la putrefacción del capitalismo colonial que llevamos capsuliando por más de cinco siglos. No veo propuesta de abrir las ventanas a alternativas radicales y emancipadoras.

Lo que sientes y te sofoca, se llama calor. Y es histórico por estas latitudes. El calentamiento, también es global. Hasta el Neverland™ de la estadidad, la quimera del ELA Mejorado, o el vivir mejor del exilio, cómprate un abanico e intenta reconstruir lo que queda de los papeles.

Friday, April 4, 2014

40 acres y una mula en el Aula Magna.

Ella era la única mujer negra en el aula magna de la Escuela de Derecho, a parte de la moderadora. No era de allí. No sé de que facultad era, pero tenía espejuelitos. Hablaba sobre el acceso a la educación. Intentaba desmentirlo todo. La narrativa del privilegio, del doble subsidio, de la desigualdad, la sociedad de clases y la manera de remediarla. En la escuela de derecho los negros nos conocíamos, porque nos podíamos contar con los dedos de las manos. Igual me sentía en Cupeyville. Pero el debate está bueno. Y siempre podemos mentirnos y pensarnos iguales. Afortunadamente acá la mayor parte de lxs compañerxs llegamos a un consenso, partiendo de la premisa de la desigualdad. El consenso es que se necesita un ajuste. ¿En la Universidad? ¿En las planillas? ¿En el código de comercio? Podemos discutirlo por horas. Pero se me queda lo insólito. No parecía formar parte del consenso, mi compañera de los espejuelos. ¿cómo es que mi compañera no reconoce el privilegio, la sociedad de clases? Para mí está claro, and don't get me started on the racial issue. Ok, que se joda. Hay que decirlo. La línea de clase atraviesa la línea de la raza y ya en este punto, se me hace imposible no pensar que nos deben. Que no podemos pensar en igualdad, hasta que nos cuadren la caja. 40 acres y una mula. 400+ años de trabajo no remunerado producen un capital que no desaparece en un día. Los paseos, los cupeyvilles, san ignacios, maristas, san josés, cpns, baldwin, torrimar, garden hills, you name it, todo el andamiaje de ventajas y privilegios se construye sobre el trabajo no remunerado de nuestros antepasados- todo era plusvalor, entonces. Sí. Nos deben. Y las deudas se pagan con intereses. Y no, no es justo que no paguen. Podemos hablar de las excepciones, y extrapolarlas a la generalidad. El sistema se alimenta de las excepciones. Y hablando de excepciones, pienso en una compañera de clases en Cupeyville. Orgullosamente negra. Llegó su viejo en un Jaguar, también negro, a buscarla a las 2:30 p.m. Escucho una voz que se percola entre las palmeras chiquitas de enfrente del colegio: "qué raro es ver a un negro montao en un jaguar". Y entonces, aun de chamaquito, no sabía qué estaba más jodío. Lo polítically incorrect del comentario, o el hecho de que es verdad. El comentario tenía toda la inocencia de un niño de sexto grado que las canta como las ve. Nunca se me olvida. Y es triste. La sociedad de hoy es el producto de una acumulación exponencial de desposesiones. Si mi compañera de los espejuelos no lo ve. Necesita tres cosas: un libro de historia, un espejo, y tal vez un poco más de aumento en los lentes.

Tuesday, March 25, 2014

Encandilar.


32

En tiempos como estos
es bueno tener la tierra así

un pastizal seco
para el fuego.

-Xavier Valcárcel

He sembrado en el huerto,
de las clandestinidades
semillas viejas del futuro
ya tostadas de esperar.

Vamos pa encima- saltando muros,
a darle fuego al cañaveral
mil transgresiones y perversiones
en que te quiero adentrar.

Bahía clara,  faro, arenal
quiero perderme en tu litoral
y en el instante más discreto
incendiar toda la ciudad.


Wednesday, January 22, 2014

Apuntes sobre las Fiestas de la Calle San Sebastián 2014.

            El fin de semana antes de las fiestas de la calle san sebastián, participé de una actividad en la plaza de armas.  Era un mercado artesanal incipiente.  Exponiendo allí, conocí a Rafa.  Rafa es residente de Puerta de Tierra.  Se gana la vida vendiendo algodones.  Los vende a 3$.  Se gana 90 centavos por algodón.  Es un buen tipo, lo ví perder su margen de ganancia ante la mirada deseosa de niños y niñas cuyos padres insistían en que un algodón no podía costar más de 1$.   Hablamos por horas, de diversos temas.  Entre ellos que en Bahía Urbana, no lo dejaban vender sus algodones.  Que eso era público, pero privado.  Que habían dado la exclusividad de la venta de algodones a una compañía privada, y que lo tenían bajo amenaza de multa de aparecerse por allí con su maso de algodones.   El domingo nos despedimos, para vernos el jueves nuevamente. 

            Llegado el jueves estaba loco por llegar a San Juan para ver a Rafa y conversar un rato con él.  Mis intenciones fueron frustradas.  Mila, mi compañera, sí lo vio.  Estaba andando por el Teatro Tapia con sus algodones.  Me mandó saludos con ella.  Le dijo que la Policía Municipal de Yulingrado le prohibió subir a la Calle San Sebastian, bajo apercibimiento de multa.  Los concesionarios habían pagado miles de dólares para vender sus productos.  No había espacio para compartir las ganancias de las fiestas con gente humilde que se busca el peso (o menos de un peso) cargando un maso gigante de algodones por la calle.

            Llevo diez años fungiendo de artesano en las fiestas de la calle.  Cuando llegué el viernes a mi kiosco artesanal, saludé a un amigo y colega.  Ambos teníamos gorra de los cangrejeros de santurce.  El corría pa rriba y pa bajo con un walkie talkie.  Los demás artesanos me preguntaron si lo conocía.  Aclaré que no solo lo conocía, sino que nos teníamos respeto y cariño mutuo, de ese forjado por la lucha contra la injusticia.  Los artesanos estaban indignados con él.

            Me dijeron que más temprano en el día, varios artesanos habían tenido un altercado con la policía municipal porque los sacaron de la acera frente al mercado del Instituto de Cultura detrás de Ballajá.  Mi colega parecía estar en comunicación constante con ellos.  Ofrecieron multas de hasta $10,000.00.  Todo apuntaba a que  mi buen amigo estaba involucrado en el asunto.  Y yo no lo quería creer. La gente hablando se entiende, y así lo hice. 

Compa, “¿que te tienen haciendo aquí?”, le pregunté.  El sabía por donde venía.  Estaba “a cargo” de la plaza y áreas circundantes.  Como quien no quiere la cosa, le pregunté qué había pasado con los artesanos.   Mi amigo, que sabe más que eso, tenía órdenes de sacar a los artesanos que se ubicaran frente al mercado oficial.  Le hice saber que era la primera vez en los diez años que llevaba allí que escuchaba algo así.   Curándose en salud, me dijo que intercedió con la policía para evitar las multas, y que no tendría problemas con ser flexible con los artesanos, pero que los municipales no tranzaban, y estaban prestos a multar a los artesanos. No es su culpa.  Él sólo siguió órdenes de más arriba.  Debe constar que de esta manera no se echa pa lante la producción cultural.  

            Otros que siguen órdenes, son los guardias.  Y en esto hay hoyitas.  Estuve cargando objetos muy pesados por largas distancias durante todo el fin de semana.  No hubo una ocasión en que no me encontrara un guardia presto a joder con mis habichuelas.  

En el primero de los casos, subía por la calle que bordea el capitolio desde Puerta de Tierra.  Cargaba una caja gigante encima de una bicicleta.  No podía pedalear por las dimensiones y el peso de la caja.  Al llegar a la intersección de la avenida constitución, intenté cruzar, y varios guardias de dynamic security (de seguro mordíos porque no pudieron ejercer el cateo indiscriminado para el cual fueron contratados) me detuvieron el paso.  Decían que tenía que dar la vuelta con mi carga.  Llegar hasta la gasolinera que ubica mucho más abajo y luego volver por la calle que pasa por el lado norte del Capitolio.  Luego de casi tener un altercado, y aguantarle las bicherías a los palitos y a los municipales intransigentes, seguí mi camino, desobedeciendo las Ordenes ridículas de los oficiales.  No me molesta que sigan órdenes.  Pero la prepotencia y el abuso de poder, fue la práctica normal durante el fin de semana, por parte de la Policía Municipal y de nuestrxs amigxs de camisas amarillas.

            El domingo, cuando ya íbamos recogiendo.  Cargaba sobre mis hombros tres racks gigantes y pesados desde mi mesa, detrás de ballajá, hasta la calle sol.  Cuando salía por la plaza del Totem, me percaté de que cerraban el paso peatonal.  Me faltaban dos viajes.  Me detuve, a pedir la consideración de un policía municipal.  Le dije que me considerara porque tenía que dar varios viajes más, que era artesano y que cargaba cosas muy pesadas, que iba a ser devastador par mi espalda el dar una vuelta innecesaria.  El muy amable, me dijo “si cuando vuelvas no se puede pasar, no puedes pasar”.  De donde yo vengo, eso tiene un nombre, y mi compañera se encargó de dejárselo saber.  Acá me lo reservo.

            Al llegar a la calle san justo con la norzagaray, íbamos a ubicar nuestras bicicletas para bajar las cosas hasta la sol.  Mila apostó a que los oficiales que ubicaban en la esquina harían un comentario pendejo al respecto.  Quise pensar que estaría equivocada, pero los guardias le dieron la razón.  Estaba sacando el candado para amarrar las bicicletas, y uno de los oficiales me grita: “ya las fiestas se acabaron”.  Curioso que me dijera esto, rodeado de una nube densa de humo de marihuana proveniente de la perla y al ritmo del perreo que allí retumbaba. 

“¿qué me quieres decir con eso?”, le contesté.  El muy genio, aun viendo que sacaba mi candado para amarrar las bicicletas, me dijo “no estamos aquí para velar bicicletas”.   Esto me llamó la atención porque los oficiales del órden público están ahí para velar por la integridad física y proteger la propiedad, pero vamos.  Para evitar, y por el cansancio acallé al pequeño che guevara dentro de mí, que ya quería empezar una revolución. 

No hubo una instancia en el fin de semana en que un oficial me dijera, “negro, te ayudo”.  Pa las fiestas el año que viene, mi compañera y yo compraremos stickers de caritas felices, y estrellitas.  Daremos premios de participación al guardia más pendejo.  Podrán competir tanto los estatales, como los municipales y los privados. 

            Pedro Julio dice que estas fueron las fiestas más exitosas.  Difiero. Pero hay que ser justos.  El asunto de la transportación, aparentemente funcionó “like clockwork”.  El asunto de los taxistas es complejo.  Quienes debieron haber protestado fueron los de TUAMA.  El municipio contrató guardias escolares para hacer trabajo de la unión.  Eso se llama privatización, señorxs, y no se debe permitir.  Pero ahí fue y bregó en lo práctico para la gente que venía de afuera.  Espero que Antonio Díaz López haga valer el estribillo de que es un líder de compromiso, y que meta mano cuando le intenten brincar la cuica de nuevo a sus unionados.  

            Los residentes estaban molestos.  Compraron pases de $25.00 que no les sirvieron ni de adorno.  La alcaldesa, quien se pinta como la pionera en la democracia participativa, NO CONSULTÓ NADA, ni su plan de seguridad improvisado que convirtió a San Juan, en “the town in the striped pijamas”,  con el Comité de Vecinos de las Fiestas de la Calle San Sebastián.  Doña Rafaela se estaría revolcando. 

Los comerciantes sufrimos pérdidas, cónsonas con la merma en el público asistente, que fue resultado directo del “chilling effect” que crearon las expresiones alarmistas de la alcaldesa.  Luego de que la alcaldesa entregara las llaves de la ciudad antigua a los criminales, afortunadamente, no hubo eventos que lamentar.   Eso es positivo.  Porque se demostró que no hace falta violar los derechos constitucionales del pueblo para evitar incidentes lamentables.  

A la alcaldesa le digo, lo mismo que le dije al guardia municipal que fue tan dulce conmigo, cuando le pedí su ayuda en dejarme pasar para cargar mis cosas:  “antes de ejercer el poder, hay que aprender a ser gente”. 


Alcaldesa: este fin de semana, se le vio la costura.  Hay que ser pueblo, hacer pueblo, y estar con el pueblo.  No solo de la boca pa fuera, porque el populismo patriotero y chovinista, no te hace pueblo.  Ni aunque le toques el güiro a Andrés Jiménez cantando Coño Despierta Boricua.

Saturday, December 21, 2013

¡AL CALLAU!




Recuerdo cuando mi madre de niño me llevó a ver a Marcel Marceau al Centro de Bellas Artes.  Marcel decía que la pantomima era el arte del silencio.  Era increíble todo lo que podía decir y representar, sin decir tan siquiera una palabra.  En un país lleno de demagogia, a veces el silencio dice más que miles de políticos twiteando y haciendo conferencias de prensa.

La verdad, es que llevo desde el jueves pensando en el silencio.  Desde que María del Lourdes dijo que todo era una pantomima, en la oficina no pongo música y salgo en silencio y a toda prisa del tribunal.  En el pasillo están los camarógrafos, la sala de Casellas está llena. 

Es un derecho constitucional de los acusados, el que no se comente su silencio.  Se comenta que el Honorable Juez Casellas le dijo a su hijo en la escena del crimen:  “ni una palabra más”.  Yo le hubiera dicho lo mismo. Pero esta semana Pablo Casellas habló a la prensa, a su salida de la sala en el Centro Judicial de Bayamón. 

Dijo algo con lo que tengo que concurrir.  Esta semana “estuvo fuerte”. 

Los analistas decían que había roto el silencio para mostrar su humanidad, como estrategia de litigio, tu sabes.  Si te duele, demuéstralo, di algo, demuestra que eres sensible.  Los jurados ven televisión.  

Y sí, en juicio y fuera del juicio, callar o no callar puede incidir en que uno se vea para el público como una persona más o menos sensible a cualquier coyuntura.  De hecho, uno podría defender el derecho de un actor político a hacer silencio, como una posición de neutralidad ante los asuntos públicos. Pero es que la neutralidad, en una situación tan evidente de desproporción de fuerzas, no existe.  La neutralidad es apoyar a la parte privilegiada en la relación de poder.

En política no hay derecho a no auto-incriminarse, ni hay quinta enmienda.  Callar o no callar sobre los asuntos públicos hace la diferencia. Y lo mejor de todo, es que podemos comentar el silencio de nuestrxs actores y actoras políticas, cívicas y sociales.  El tema de la mal llamada reforma del Sistema de Retiro de Maestros pone de manifiesto el poder del silencio.

Ayer me daba una medalla en el 24 de la Roosevelt, y comentábamos el silencio de Carmen Yulín.  ¿Tenía que expresarse? Me preguntaban.  Pues no, en realidad. Pero tampoco tenía que expresarse en contra de la legalización de la marihuana, tampoco tenía que expresarse sobre Sanchez Betances, ni sobre Abey Charrón, ni sobre el Aeropuerto (recordemos que se opuso a la privatización pero no asistió a ningún piquete- esto nos apunta a que hay niveles y niveles de silencio, pero no nos compliquemos).  En todas estas ocasiones, sobre todos estos asuntos que no podría tocar ni con vara larga desde la poltrona municipal, opinó.  ¿Por qué calla ahora, sobre este asunto tan importante?  Su silencio la delata, dirían por ahí.    

Su silencio la hace cómplice del chanchulleo de su partido en el Capitolio y en Fortaleza. Tan cerquita que está de ambos.  Más claro no puede estar.  Luego de apropiarse del lenguaje de la izquierda progresista, de la democracia participativa y otros conceptos que suenan lindos y huelen a progreso, hace silencio cuando su partido engaña al magisterio y les clava reformas importantes a la trágala en un fin de semana de diciembre.  Se llenaba la boca de que estuvo en la huelga de estudiantes y que apoyaba las causas justas, que si la democracia, bla bla bla bla bla.  Pasó por la huelga, yo la ví.  Evidentemente no aprendió nada.  Su silencio desde el miércoles le hace cómplice de la falta de democracia (el aspecto procesal del asunto que es deplorable por demás) y de el desmantelamiento del concepto de los derechos adquiridos y del SRM (el asunto de fondo).  De seguro Yulín aprendió de Marcel a decir tanto, sin decir nada.

Otro silencio interesante que tenemos que comentar, es el de el Ilustre Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico.  Este silencio me toca de cerca.  En el pasado, el Colegio se movía, movilizaba abogados y abogadas para que fueran observadores de manifestaciones.  Hacían expresiones públicas en contra de proyectos de ley que atentaran sobre los derechos adquiridos de los trabajadores y las trabajadoras.  Se expresaban a favor de medidas de avanzada, sobre los derechos de la comunidad LGBTTIQ y demás asuntos de interés.  Del miércoles para acá, el Colegio no ha dicho nada.  Cero declaraciones por facebook (coño ni por facebook).  Promocionan la fiesta de navidad y la venta de las serigrafías del mural del Colegio, reseñan el retiro de los jueces, pero sobre el retiro de maestros, nada.

Han minado aun más para todos los efectos prácticos el significado de “derechos adquiridos”, y el Colegio de Abogados y Abogadas, ni pío. Entiendo que Ana Irma Rivera Lassen venga con un mandato de la Asamblea que la faculta a buscar que pase la ley de la Colegiación compulsoria.  Entiendo que la consecución del mandato de la Asamblea podría verse afectado por sus expresiones, y los de la ilustre institución a la que me uní con ilusión al poco tiempo de juramentar como letrado.   El silencio hace al Colegio de Abogados y Abogadas un cómplice del macaneo, y de todos los atropellos tanto procesales como de fondo, de los cuales todxs hemos sido testigos desde el miércoles.  Por dios, que no quiero la serigrafía, ni quiero irme de fiesta.  Si estoy con mi colegio siempre, es porque quiero que mi colegio esté con el pueblo, SIEMPRE. En esta coyuntura, al callar, el Colegio se puso del lado del poder y es una pena.  Lo tomaré en cuenta al evaluar si renuevo mi membresía.     

Entonces está siempre la gente que habla de más.  Es increíble como quienes callaron mientas echaban a más de 20,000 empleados públicos a la calle, y quienes aplaudieron mientras los neoliberales se servían con la cuchara grande y echaban a la basura los derechos adquiridos de los empleados públicos, ahora pongan el grito en el cielo por este asunto.  De todo corazón, si pedías que el Teniente Bahr cogiera por el cuello a lxs manifestantes en la Avenida Constitución, y ahora te indignas porque el Teniente Bahr esté en primera fila contra los manifestantes en el Capitolio, eres parte del problema.  Es de todxs sabido que este asunto estaba por verse. Fue tema de campaña.  Los dos partidos se pasan problemas así, como la papa caliente.  Se ceden problemas políticos para tener oportunidades al plato más adelante.  A esos bocones, se les ve la costura.  Si eres unx republicanx de la escuela de chicago, no me vengas con esta guasa monga y respétate a ti mismo.  Así te respetaremos más.  

Lxs que estamos claros, en coyunturas como ésta, no podemos perder la oportunidad de gritar.  Si nos cierran puertas que se supone estén abiertas, no podemos poder la oportunidad de forzarlas. Hay que moverse, porque el silencio y el inmovilismo, camaradas, dice más que mil palabras.